miércoles, 31 de octubre de 2007

El Plandisroca

El pasado 22 de agosto fue presentado el Plan de Desarrollo Integral Sustentable de la Región Oriente de Coyuca de Benítez y Poniente de Acapulco, denominado por su acrónimo Plandisroca. El acto tuvo lugar en la ciudad de Coyuca de Benítez por convocatoria de la Unión de Pueblos para el Desarrollo Sustentable del oriente de Coyuca de Benítez y poniente de Acapulco en el marco de su Asamblea General. El equipo de Promotores de la Autogestión para el Desarrollo Social (PADS), que coordina Carlos García Jiménez, es el responsable del acompañamiento técnico de la Unión de Pueblos para dicho Plan. Además participan otros equipos técnicos como Rostros y Voces, la Universidad Campesina del Sur y de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala. En la contraportada del documento impreso del Plan se explica con mucha claridad su contenido, que señala textualmente:

“El Plandisroca es el resultado de un proceso de diagnóstico y planeación participativa que a través de reuniones comunitarias, talleres temáticos y encuentros regionales, permitió la definición de 75 ideas de proyecto, organizadas en seis ejes programáticos, a saber: Agua y Medio Ambiente, Cadenas Productivas, Desarrollo Social y Obras Públicas, Mujeres, Educación y Cultura, Justicia y Derechos Humanos). “En este proceso, realizado de 2004 a 2007, se involucraron representantes de grupos y autoridades comunitarias de 19 pueblos, los mismos que han venido dando cuerpo a lo que hoy es la Unión de Pueblos, la estructura organizacional que hará posible la implementación del Plandisroca. “Buscando alternativas a los ancestrales problemas que viven los pueblos, al mismo tiempo que pensábamos hacia dónde debíamos caminar, ya estábamos caminando. En este andar incesante y pausado, fuimos haciendo camino. Año tras año, paso a paso, golpe a golpe, verso a verso, y página tras página, se fue haciendo este documento. Como todo producto humanista, surgió de un ejercicio colectivo de pensar la realidad para proyectarla al futuro. Ahora, siendo lo que es, este Plandisroca es un insumo vital que orientará los pasos venideros de todos los actores sociales e institucionales que busquen el desarrollo desde la visión y los intereses de la gente que vive en esta región.

“El Plandisroca contiene las acciones que a lo largo de 10 años (2007-2016) van a realizarse con el propósito de promover el desarrollo económico, social y ambiental de los pueblos, mediante el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, el fomento de la producción diversificada, el mejoramiento de la calidad de vida social, el uso eficiente y transparente de los recursos públicos y la participación autogestiva de la población”. Además, en el marco de la Asamblea también se firmo el Convenio de coordinación y gestión conjunta para la implementación del Plan. Dicho convenio fue firmado por los representantes comunitarios de los pueblos y de organizaciones sociales, los representantes de los tres órdenes de gobierno ahí presentes y de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

En el convenio firmado por las partes resaltan varios compromisos, entre ellos: Conjuntar iniciativas, esfuerzos y recursos para impulsar el Pladisroca; reconocer a la Asamblea General de la Unión de Pueblos, como la instancia que sancione los resultados anuales, y replantee las acciones de cada etapa del Plan; instalar Mesas de Trabajo Temáticas para impulsar la coordinación y gestión conjunta del Plan; así como instalar una Comisión Mixta de Seguimiento.

La primera lección que proporciona esta iniciativa surgida de las propias comunidades, es que a los representantes de las instituciones públicas se les movió el piso de inmediato, pues tienen que dar una respuesta a este planteamiento en términos de su responsabilidad en el Plan. En su lógica de planeación las prioridades identificadas de las comunidades no necesariamente son sus prioridades, ya que obedecen a esquemas rígidos de planeación, reglas de operación que dan un trato igual a desiguales, que acaban haciendo el gasto público ineficiente para la población interesada. A nuestro juicio la mayor parte de las 75 ideas de proyecto del Plan pueden ser fácilmente solventables por las instituciones de los tres órdenes de gobierno, siempre y cuando tengan la voluntad política de atenderlas y no empiecen a presentar obstáculos de carácter burocrático a esta demanda claramente priorizada por las comunidades.

Los estimados de inversión presupuestal en el Plan son de 228 millones de pesos de recurso mezclados de los tres órdenes de gobierno, a ejercer en total en los próximos diez años. Una inversión promedio por año de 22 millones de pesos. Una cifra francamente modesta en términos de inversión pública. Es muy claro que las demandas de obra pública son las de mayor impacto presupuestal, 130.7 millones de pesos, el 57 por ciento de la inversión presupuestal requerida. Destaca el urgente, pero muy viejo reclamo de la pavimentación del circuito carretero Paso de Texca-Bajos del Ejido, así como la atención emergente a la escasez de agua.

La segunda lección es el efecto espejo inmediato de la parte poniente hacia la parte oriente de Acapulco, donde se pretendía construir la presa hidroeléctrica La Parota. Si es posible organizarse con estrategias de desarrollo alternativas, más allá de la resistencia a proyectos impuestos desde afuera, que son contrarios a los intereses de las comunidades y el medio ambiente. Con un planteamiento propio de las comunidades involucradas, en “un proceso de diagnóstico y planeación participativa que permitiría revertir las causas del deterioro de los recursos naturales, de la baja productividad local, y de los bajos índices de bienestar social.” (p. 156 del Plandisroca). Aquí hay que señalar que se podría avanzar mucho más rápido en estos procesos de planeación participativa con el apoyo, genuino interés y compromiso de las instituciones locales. Entender que su “desarrollo” propuesto no es el que quiere la gente en su territorio adyacente al río Papagayo. Todas las batallas legales y de legitimidad se han ganado por los posibles afectados a la prácticamente cancelada represa hidroeléctrica La Parota.

En bien de Guerrero y su sociedad es necesario por parte de las instituciones públicas y sus responsables entrar a discutir con los actores sociales verdaderamente representativos de la región propuestas alternativas de desarrollo.

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