lunes, 12 de noviembre de 2007

Tabasco y el cambio climático

En la última semana de octubre y primeros días de noviembre de este año, el estado de Tabasco se ha visto afectado por una de las peores tragedias de la historia del México contemporáneo. Tabasco se inundó, la entidad fue cubierta por el agua en la mayor parte de su territorio.
Existen estimaciones de que debido a las inundaciones por lo menos un millón de personas han sido directamente afectadas. En este momento, hay que cubrir de manera urgente enormes necesidades alimenticias, de abrigo y salud para la población
damnificada de Tabasco.
Las pérdidas materiales son incalculables. Solo en bienes asegurados, se estima en más de 7 mil 500 millones de pesos el monto a pagar por las aseguradoras debido a los daños causados por las inundaciones. Cifra muy menor ante el universo posible de los bienes no asegurados. La infraestructura, y en general todos los sectores económicos, han sido afectados, desde el agropecuario,el de los servicios y la planta industrial.
Una primera información de las causas de las inundaciones en Tabasco las indica el Boletín No. 293-29/10/2007 de la Secretaría de Gobernación, que señala textualmente al respecto lo siguiente:
“La situación es resultado de las intensa precipitaciones de hasta 400 milímetros ocurridas desde el pasado domingo (28 de octubre), en las cuencas hidrológicas limítrofes de Chiapas y Tabasco, provocando incremento en los almacenamientos en las
presas de Angostura, Chicoasén, Nezahualcóyotl (Malpaso) y Peñitas, ubicadas en el estado de Chiapas, por lo que el Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas, dependiente del Organismo de Cuenca Frontera Sur, de la Comisión Nacional del
Agua, determinó el desfogue de aproximadamente mil 500 metros cúbicos por segundo de la presa Ángel Albino Corzo (Peñitas)”.
“Otro escenario similar se viene presentando desde la semana anterior por el aumento en el caudal del río La Sierra que atraviesa los municipios de Teapa y Jalapa en la entidad, por lo que la capital del estado se verá afectada de manera importante por estas inundaciones.
“Adicionalmente a este escenario, el caudal de los ríos La Sierra y El Carrizal convergen en el río Grijalva, el cual ante la presencia de marea alta en el Golfo de México presentará dificultad para su desfogue directo al mar, lo que traerá como consecuencia mayores desbordamientos”.
En otro boletín de la Comisión Nacional del Agua de ese mismo día 29 de octubre del presente año (Comunicado de Prensa No. 195-07) se señala textualmente lo siguiente:
“A raíz de las inundaciones de 1999, el gobierno federal, a través de la Conagua, y el gobierno del estado han construido precisamente para este tipo de contingencias hidrometeorológicas cerca de 100 kilómetros de bordos de protección”.
“La población resguardada por esta infraestructura debe estar tranquila; sin embargo, también deberá mantenerse informada sobre los riesgos por venir en las próximas horas”.
Hoy sabemos que la infraestructura no resistió el embate de las aguas de los ríos desbordados. Con las consecuencias ya señaladas.
Es decir, el “Proyecto para protección de centros de población y áreas productivas en la Cuenca del río Grijalva, en el estado de Tabasco” cuyo objetivo primordial era resolver el problema de las inundaciones en la planicie tabasqueña fue insuficiente. Las inversiones realizadas para la construcción de estructuras de control de río, formación de bordos, construcción de drenes, rehabilitación de márgenes de ríos del 2003 a la fecha simplemente no lograron cumplir su objetivo.
Una importante mezcla de recursos federales y estatales asignados a dicho fin, y que deben ser determinados con precisión en su correcta aplicación, confirman que la mera política de desarrollo de infraestructura de protección contra inundaciones no es suficiente ante la necesidad de una política más amplia e integral de gestión del territorio y crecientes.
Lo anterior se confirma ante el hecho de que existe en Tabasco un importante crecimiento de los centros de población y áreas productivas en terrenos con alta probabilidad de ser ocupados por inundaciones.
Se agrega además, que existe una controversia pública sobre el papel que ha jugado la operación de las presas de La Angostura,Chicoasén, Malpaso y Peñitas que forman parte del Complejo Hidroeléctrico asentado en el río Grijalva. Hay opiniones
encontradas sobre el manejo de las crecientes a través de estas represas, sobre si efectivamente atenuaron o contribuyeron en la incidencia de efectos nocivos de crecientes en la planicie baja de Tabasco.
Determinar el impacto real de estas represas se complica ante la suposición de que los eventos de lluvias extremas por arriba de los promedios históricos que provocaron la creciente más significativa en los ríos de la entidad de los últimos 50 años, son parte de los efectos adversos del Cambio Climático a nivel global.
Al respecto, en la Tercera Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de México presentada en el año 2006 por la Comisión Intersecretarial sobre Cambio Climático del Gobierno de México señala con
relación a la generación de energía hidroeléctrica lo siguiente:
“Los proyectos hidroeléctricos se diseñan generalmente para un régimen determinado del caudal de un río, incluyendo un margen de seguridad (…) bajo el aumento proyectado en eventos de precipitación extrema, se incrementan las posibilidades de
que en periodos cortos se llegue a niveles de presas que constituyan un riesgo. Bajo tales condiciones, los proyectos actuales y futuros de generación de energía hidroeléctrica requerirán una consideración seria del riesgo que se enfrentará bajo un ciclo hidrológico más intenso y un manejo que considere información hidrometeorológica más profunda. Los proyectos de generación de energía actuales y futuros deben considerar una variabilidad climática aumentada, por lo que los sistemas de información climática serán de primordial importancia”(pág. 103).
Más allá de conocer si dichas consideraciones fueron tomadas en cuenta por las autoridades responsables del manejo de las represas, surge la necesidad inmediata de buscar cómo fortalecer los Sistemas de Alerta Temprana y de Información Climática
ante los efectos adversos del Cambio Climático en el país.
De lo anterior, se concluye que se requiere impulsar un trabajo de investigación independiente, autónomo e interdisciplinario, que permita conocer con precisión las causas y consecuencias exactas de las inundaciones en Tabasco. Una evaluación y
diagnóstico del costo de los daños y el costo mismo de las acciones de recuperación de éstos. Evaluar cómo se realizó la gestión de los riesgos hidrometeorológicos y manejo de recursos hídricos antes, y durante la etapa crítica de las inundaciones.
Con un trabajo de ese tipo se buscaría sustentar un cambio hacia un énfasis en la gestión integrada de inundaciones, o sea, la necesidad de fijar objetivos en términos de predecir, gestionar y responder a inundaciones en lugar de sólo en función de control de inundaciones. Por lo tanto, se deben buscar como producto de este estudio técnico las recomendaciones y acciones necesarias, para que una contingencia de este tipo no vuelva a suceder.

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